Pakistán: Diez familias cristianas huyen de khanewal por temor a ser acusadas por un delito de blasfemia
En la región paquistaní del Punjab, los “estudiantes” de una madraza intentaron convertir al islam utilizando la violencia física a un niño cristiano de 7 años. Un familiar que intentó defenderlo fue acusado de blasfemia. Un sacerdote del de la zona afirma : “Esta es una práctica normal en la región, aunque muchos casos de conversiones forzadas no son hechos públicos. La policía musulmana, siempre hace la vista gorda”.
Según la agencia católica de noticias AsiaNews, 10 familias cristianas residentes en el distrito de Khanewal han huido y abandonado sus hogares, después de que fuera acusado de haber blasfemado Didar Masih, quien protegió a su sobrino de 7 años de una conversión forzada.
El pequeño “Sunny”, se dirigía al mercado para comprar un helado, cuando fue rodeado y acosado violentamente por estudiantes de una madraza próxima, que le exigieron que recitara algunas suras del Corán y renunciara al cristianismo. Didar Masih , al percatarse de la difícil situación en la que se encontraba Sunny salió en su defensa, recriminando a los fanáticos niños musulmanes su actitud. Éstos, al regresar al corruptorio islámico (madraza) comentaron el suceso a sus dirigentes “espirituales”. Poco tiempo más tarde, desde los altavoces del mencionado pudridero se lanzaron enardecidas soflamas que clamaban castigar al cristiano Didar Mahih por haberse mofado del “Libro Santo”. Tras el anuncio del castigo coránico, 10 familias cristianas abandonaron la población para salvar la vida.
En Pakistán, todos los niños que asisten a la escuela pública deben recitar suras del Corán, y quienes no lo hacen por pertenecer a una confesión no mahometana, sufren todo tipo de violencias y vejaciones.
El Padre Afzal Masih, afirma que en las madrazas paquistaníes se enseña a los niños y adolescentes que los infieles deben morir si no abrazan el islam, mientras que las autoridades, seducidas por el mensaje de Al-Qaeda o el “ appeasement”, hacen dejación de sus funciones, entre las que se encuentran la protección de la vida, libertad y propiedad de sus ciudadanos de cultos disidentes.